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"Cuentos resumidos" / "Ipuin laburtuak"

Los cuentos que hemos seleccionado para contar son de tradición oral, y están  sacados de diversas fuentes.

 

  • Cuento introductorio. “La historia del pastor y la fresa”
    Un pastor se pierde en medio del bosque y encuentra un oso que le persigue hasta llegar al borde de un precipicio. Como el oso le puede comer, determina saltar a dicho precipicio, con tan buena suerte que llega a engancharse a la rama de un árbol y quedarse colgado. Afortunadamente encuentra una planta de fresa que resulta ser mágica y que todos los años da una fresa, que quien se la come vive para siempre. El pastor se la come y empieza a escuchar una voz misteriosa que le cuenta los cuentos que en la sesión se van a narrar.

 

  • “Hiru Altxorrak” (“Los tres deseos”). Mundu zabaleko ipuinak. Editorial: Mensajero, S.A.
    Esta es la historia de tres hermanos que salen de casa para ganar una prueba y así quedarse con la herencia que su padre a punto de morir va a dejar. El pequeño, el menos considerado, vuelve con tres objetos mágicos: Una bolsa de monedas de oro de donde salen monedas cuando agitas la bolsa, una jarra de donde sale todo el vino que uno quiere y una escoba que rejuvenece a la gente. Vuelven los tres hermanos y el pequeño acaba rejuveneciendo a su padre 30 años. Una mujer muy vieja roba la escoba y se escapa con ella dándose golpes para ella también rejuvenecer. En mitad del camino encontraron un bebé recién nacido al lado de las ropas de aquella mujer y al lado de la escoba que estaba completamente rota. Por ello hoy en día los abuelos no pueden rejuvenecer.

 

  • “Txomin Ipurdi”. Cuento de tradición oral vasca con versiones diversas recogidas en otras culturas. Joxe Arratibel lo recoge en su libro “Kontu zaharrak”. Editorial: Erein, 1995.
    En una familia humilde y pobre nació un niño que tenía el culo desproporcionadamente grande y por ello todos le llamaban Txomin Ipurdi. Un día fue donde el rey a pedirle dinero y en el camino se encontró con un zorro, un lobo y un río. Los tres se metieron en el culo de Txomin y así llegó a la casa del rey. Cuando el rey se enteró de que Txomin venía a pedirle dinero mandó que le llevaran al gallinero para que las gallinas le picotearan y le mataran; entonces salió del culo el zorro y se las comió a todas. Luego le llevaron donde estaban los caballos, salió el lobo del culo y se los comió a todos. Luego le quisieron quemar pero salió el río del culo y apagó el fuego. El rey quería que Txomin desapareciese de su vista pero este le dijo que no se iría de allí hasta que no llenase su culo de monedas de oro. Así lo tuvo que hacer el rey y así volvió Txomin a casa de su madre, rico y contento. A partir de entonces nunca más volvieron a pasar hambre.

 

  • “Miguelín el valiente”. Cuentos al amor de la lumbre (Tomo I). A. R. Almodóvar. Anaya, 1988.
    En un pueblo muy lejano vivía una familia con tres hijos. Un día decidieron marcharse a recorrer el mundo. En el camino se encontraron con la casa de un gigante que vivía con su mujer la giganta y tres hijos gigantitos. Este gigante cuando los vio los quería comer pero lograron escaparse gracias a Miguelín, que era el pequeño de los tres hermanos. Y corriendo llegaron a un palacio donde vivían un rey, una reina y una princesa. Los hermanos mayores por envidia ponen a prueba a Miguelín diciéndoles al rey, a la reina y a la princesa que Miguelín era capaz de ir a la casa del gigante y traer un caballo que este tenía, un loro y una manta. Miguelín consigue estas tres cosas y por fin acaba con el gigante. A sus dos hermanos envidiosos les acaban por desterrar y Miguelín se casa con la princesa.

 

  • “La burbuja, la brizna de paja y el lápot (calzado de los campesinos rusos)”. Cuento tradicional ruso. “Cuentos populares rusos” (Tomo I). A.N. Afanásiev. Anaya, 1987.
    Esta es la historia de tres amigos que iban recorriendo el mundo. El uno era un zapato, el otro una brizna de hierba y el tercero una burbuja. Una vez llegaron a un río y como no sabían nadar se pusieron a idear como lo atravesarían sin ahogarse. Al final y después de una discusión prolongada decidieron que la brizna que era muy larga y flexible colocaría un extremo en una parte del río y el otro en la otra parte, convirtiéndose así provisionalmente en un puente. El zapato fue el primero en pasar pero con su peso hizo que la hierba se cascara y hierba y zapato cayeron al río y allí mismo se ahogaron. La burbuja al ver a sus amigos rió a carcajadas hasta que ella también explotó. Cuando la burbuja se explotó el cuento se acabó.

 

  • Cuento introductorio. “La sima de las historias”
    Esta es la historia de un pastor que le gustaba muchísimo contar cuentos y leyendas. Una vez fue un joven de la zona donde vivía y le dijo que le contara a él una historia. Mientras iban paseando el pastor le empezó a contar la historia de un pastor que una vez paseando por el monte se cayó en una sima. Y en ese preciso instante el pastor se cayó en una sima de verdad. El joven puso el oído en la boca de la sima y escucho al pastor como aquella sima era muy grande y estuvo largo rato cayendo. Por fin llego al fondo y allí vivían unos seres que, al igual que los murciélagos, pasaban el día boca abajo colgados de los pies. Nada más llegar le nombraron al pastor el rey de la sima y este les contaba todas aquellas historias que sabía. Aquel joven cada vez que quería que le contaran alguna historia se acercaba al pozo, ponía una oreja al lado de la sima y escuchaba con placer. Nosotros vamos recogiendo todos aquellos cuentos e historias que en esta sima se han escuchado e intentamos también seguir contándolos para que no se olviden. Sabemos además que no solamente hay una sima donde se puedan escuchar historias. Debe haber muchas, simplemente hay que estar atento a descubrirlas y las historias aparecerán. De entre todas las que hemos podido recopilar, hoy vamos a contar varias.

 

  • “El peral de la tía miseria”. “Cuentos al amor de la lumbre” (Tomo I). A.R. Almodóvar. Anaya, 1988.
    En un pueblo vivía una mujer, a la que llamaban La tía miseria, con su hijo, Ambrosio, y su perro, llamado Tarro. Esta mujer era muy pobre y solamente tenía como propiedad un peral cerca de su casa que daba unas peras preciosas. Pero cuando maduraban los jóvenes del pueblo venían y se las llevaban. La tía miseria vivía muy triste con esta situación. Un día un hombre apareció en su casa y pidió que le acogieran. Como la tía miseria se portó muy bien con él, éste le dijo que le concedía el deseo que quisiera. La tía miseria le dijo que su único deseo era que aquel que subiese a su peral se quedaría pegado a las ramas hasta que ella le mandase bajar. El hombre se marchó y al día siguiente los muchachos que fueron a robar las peras de la tía miseria, se quedaron pegados en las ramas hasta que la tía miseria les ordenó bajar. Pronto se corrió la noticia por el pueblo de que el peral de la tía miseria estaba encantado y a partir de entonces nadie más volvió a subir. La tía miseria estaba feliz. Hasta que un día vino la muerte a su casa diciendo que había llegado su hora y que tenía que acompañarle para ir al otro mundo. La tía miseria, en un momento de lucidez, le dijo a la muerte si podía concederle su último deseo antes de marchar. La muerte le dijo que sí; y la tía miseria le pidió por favor que subiese a su peral a cogerle la pera que quedaba en la parte más alta del árbol. La muerte accedió, subió al peral y allí mismo se quedó pegada en las ramas. Durante esa época en el mundo nadie moría porque la muerte estaba pegada en el peral. Por fin encontraron a la muerte subida a aquel árbol y la tía miseria le dijo que le dejaba bajar si ella, su hijo y su perro vivían para siempre. La muerte dijo que sí. Bajo del árbol y cuentan que en pocos días murieron muchas personas en el mundo. Pero efectivamente, la tía miseria, su hijo Ambrosio y su perro Tarro vivieron para siempre. Por eso se dice que la miseria siempre ha existido, existe y existirá. Y Ambrosio, de aquí viene el hambre, siempre ha existido también, existe y seguirá existiendo.

 

  • “La adivinanza del pastor”. “Cuentos al amor de la lumbre” (Tomo I). A.R. Almodóvar. Anaya, 1988.
    En un palacio vivía una princesa que de tan lista que era se sabía todas las adivinanzas que hay en el mundo. Su padre el rey sacó un bando diciendo que el que le contara una adivinanza que su hija no supiera se casaría con ella, pero que sino le cortarían la cabeza. Muchos fueron los jóvenes que murieron decapitados. Un pastor que vivía en el monte probó suerte y según le fueron ocurriendo cosas por el camino se fue inventando una adivinanza que la princesa no supo descifrar. Acabó acostándose con ella antes de adivinarla y finalmente la princesa se tuvo que casar con el pastor.

 

  • “El zapatero y el sastre”. “Cuentos al amor de la lumbre” (Tomo II). A.R. Almodóvar. Anaya, 1988.
    En un pueblo muy lejano vivía un pobre zapatero con su mujer. Le iba muy mal su negocio y no tenían ni para comer. Un día le encargó al sastre del pueblo que le hiciera un traje, este se lo hizo pero el zapatero no le pagó. La mujer estaba desesperada con la vida tan miserable que llevaban y un día se le ocurrió la idea de que su marido se pasara por muerto y sin que nadie se enterase se fueran a otro pueblo a vivir donde nadie les conociera. Y así fue. El zapatero vestido con el traje que le hizo el sastre se metió en un ataúd y allí fingió que estaba muerto. Llevaron la caja a la iglesia para que todos los del pueblo le diesen su último adiós y por la noche allí se quedó la caja con el fin de que al día siguiente pasarían a enterrarlo. Pero por la noche aprovechó el sastre para acercarse a la caja y quitarle el traje al zapatero, ya que éste no le había pagado todavía el céntimo que le debía. Pero cuando estaba abriendo la caja unos ladrones aparecieron y el sastre se tuvo que esconder detrás de unas cortinas. Los ladrones repartieron su botín y finalmente les quedó una bolsa de sobra. El capitán de los ladrones dijo que esa bolsa se la llevaría aquel que se atreviese a darle una puñalada al muerto. Uno levantó la mano y dijo que él lo haría. Sacó un puñal y cuando fue a clavarlo en el muerto, el zapatero empezó a gritar de forma que todos los ladrones se escaparon corriendo hacia el monte dejando todo el dinero en la iglesia. El sastre, que lo había oído todo, salió de su escondite y descubrió así al zapatero que estaba vivito y coleando. Se arreglaron entre los dos y el zapatero al día siguiente desapareció del pueblo para siempre.

 

  • “Nerón y Berta”. “Cuentos populares italianos”. Italo Calvino. Ediciones Siruela, 1990.
    Berta era una pobre mujer que se pasaba en día hilando. Una vez, en la calle, se encontró con Nerón, emperador romano, y le dijo que Dios le diera salud para que viviera muchos años, porque después de uno malo siempre viene uno peor. Nerón le dijo que todo lo que hilara en ese día se lo llevara al palacio. Al día siguiente allí estaba Berta con todo el hilo hilado. Nerón le dijo que cogiera del extremo del ovillo en la puerta del palacio y que caminara hasta que el hilo se agotase. En toda la longitud del hilo, el espacio de uno y otro lado del camino pertenecería a Berta. Pronto se corrió la noticia por todo el reino. Las mujeres acudían al emperador con la esperanza de recibir un regalo como el de Berta. Nerón les respondía:
    -Ya pasaron los tiempos en que Berta hilaba.

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